El 24 de septiembre de 1921, arribaba al puerto de Buenos Aires mi padre, proveniente de Cáseda (Navarra). Contrariamente, a la mayoría de emigrantes que elegían a esa gran metrópolis como destino, decide buscar el suyo a 2500 km al sur, en una región desconocida e inhóspita como la Patagonia. Sus inicios son como transportista; en aquella época, no había camiones con turbo, GPS, trailler, radio o calefacción, lo hacían con carretas tiradas con mulas y caballos por caminos casi inexistentes. Después de unos años adquiere un campo fscal y se inicia como “estanciero”, luchando contra los elementos y adversidades.
En la novela, el autor hace una descripción, una semblanza, no solo de la situación geográfca, sino del período histórico, de la crudeza del clima, de la vida social y cultural, etc., dando una visión cercana de una extensa región en unos tiempos, latitudes y circunstancias difíciles…
Hoy en día, si la vida de la Patagonia es dura, hace un siglo era tarea de ti tanes. Aquellos pioneros, arriesgados y corajudos, posibilitaron el poblamiento y el posterior desarrollo de la región, abriéndose paso con valentía y muchos sacrifcios.
En defnitiva, una crónica familiar sensible que describe su marco, su entorno, sus anhelos y horizontes, desarrollados en una región inhóspita y mítica, pero generosa y hospitalaria como pocas.