Juan Herrera Troca Cheles (1932, Badajoz). Niño de la guerra. Si bien esta nominación no se puede aplicar en el sentido literal, sí al hecho emocional de los tiempos con la infancia de Juan. Fueron
aquellas circunstancias las que impidieron que no posea ningún título ni graduación académica. Sólo la asistencia a una escuela unitaria es su bagaje didáctico.
Trabajó desde la adolescencia en toda clase de cultivo agrícola y ganadero, por lo que siempre le ha gustado califcarse como “hombre de campo”, aunque la segunda mitad de su vida laboral cambió
de ofcio, pasando a la industria regentando una panadería de su familia por consorte.
Nada le impidió sentir siempre viva su afición por las letras dando rienda suelta a su instinto literario cuando le llegó la jubilación.
A parte de La muerte indigna de doña Digna, tiene publicado Damas y espigas y, terminado, sin editar Así era.
Ha sido colaborador de la revista hispano lusa Raya_ Viva y otras publicaciones divulgativas.