Un grupo de jóvenes almerienses creyeron que podían hacer oposición al régimen franquista, al tiempo que prestaban socorro a las familias de los presos, internos en El Ingenio de Almería, y a
los propios privados de libertad. Con este fn, conformaron una organización secreta, donde se encargarían de traducir la prensa inglesa en relación a la segunda guerra mundial y distribuirla por toda la provincia almeriense. La traición y la férrea vigilancia de toda la sociedad en Almería hizo que la noticia llegase a las autoridades responsables de la provincia, tanto militares como policiales, que compitieron por hacer méritos en la dureza de los interrogatorios y los logros obtenidos con ellos.
La respuesta de la dictadura militar fue feroz y terrible, donde se detienen a más de cien personas y a ocho de ellos se le condena a muerte; además de otros cinco inculpados que corrieron la
misma suerte por causas que se les siguieron de forma paralela a la 1319/41. Destaca sobremanera la figura de Encarnación Magaña Gómez, por su arrebatadora personalidad y sus dotes de liderazgo, siendo la única mujer fusilada en Almería cuando sólo contaba la edad de 19 años. La Dictadura fue implacable con ellos, mostrándolos como advertencia de lo que les ocurriría a todos aquellos que intentasen imitarles.