Casi a mitad del siglo XX, casi a mitad de la Isla de Cuba, casi a mitad del día 7 de agosto de 1949, vio la luz y fue bautizado con el nombre de Raúl, al igual que su padre, Alberto por el santoral y de apellidos Padrón Méndez. Creció entre maderas por ser el negocio de la familia; su infancia duró una década de plena felicidad. Desde que recuerda siempre tuvo habilidades manuales, el dibujo y la pintura crecieron paralelamente, son componentes de su personalidad.
A partir de enero de 1959 comienza a sufrir cambios, transformaciones, inestabilidad, desajustes, adaptaciones y consecutivas perdidas de tipo social, material y espiritual.
En 1965, asiste a una convocatoria para estudiar Artes Plásticas, obtuvo la beca, aprendió constantemente y descubrió al artista. Se frustró por la presión militar a la que fue sometida la escuela. Regresa a Placetas sin otra opción que convertirse en maestro. Impartiendo Dibujo conoce a Nancy, se casan el 7 de agosto de 1975 y el 25 de agosto de 1976 nace Wilder al que promete llevar para la capital y apoyarlo en sus decisiones.
En la Habana continua la labor educacional. Sale de Cuba en noviembre de 1999. Comienza un nuevo siglo y una nueva vida en Estados Unidos, donde logra ser maestro nuevamente. Ahora, jubilado, se reencuentra con el artista al que siempre ha estado unido, cumpliendo sus ideales.