Fue esta la gran aventura vivida por Diego, un joven restaurador de antigüedades que, por azar, se vio empujado a buscar esa verdad que, adecuadamente escondida durante más de 20 años, encontró en él al necesario aliado para abrirse camino.
Todo comenzó después de que a sus manos llegara, de ese modo tan extraño, la misteriosa carta, la que le llevara hasta aquella casa abandonada, a aquel encargo de locura, a la promesa de un tesoro escondido y a indagar acerca de la vida, y la muerte, de un hombre al que nunca hubiera podido conocer. Pero, además, ésta es también una historia de secretos y mentiras, de traiciones y lealtades, y de aquello que da sentido a la vida. Diego, poco antes de que todo empezara, no hubiera podido imaginar todo cuanto le esperaba detrás de aquel cuadro.
En definitiva, el azar, la suerte o la fortuna nos coloca a cada uno de nosotros en un tiempo, un lugar y una realidad personal en la que vamos viviendo, aprovechando, o sufriendo, la fortuna así recibida. Poco a poco, a medida que los años van pasando, en muestra mente se van acumulando esas imágenes que ilustran los acontecimientos que han marcado nuestro devenir y, un buen día, de repente, nos vemos haciendo ese sosegado repaso, es entonces cuando descubrimos que la vida, con sus penas y sus alegrías, se nos ha pasado en tan solo un suspiro del que finalmente no nos quedan más que ALGUNOS VIEJOS RECUERDOS.