Las poesías de Rozando la línea del horizonte no tienen rima, ni siguen ninguna regla métrica. Mejor podría decirse que se trata de prosa poética en la que el autor traspasa las limitaciones de la poesía tradicional. Tal vez por esto mismo, las poesías de Enrique sean más fáciles de leer; el lector comprende perfectamente el significado de sus poemas, nota que no son “fríos”, ni grandilocuentes. Enrique no busca la solemnidad en sus textos, ni busca constantemente el mejor sinónimo en cada línea para no perder naturalidad. Solo busca que sus poemas se lean con la máxima fluidez posible, que tengan ritmo, que sean musicales. Enrique quiere que sus poemas suenen con gran expresividad.
Los poemas de Enrique no son autobiográficos, sino que más bien retratan otras realidades, buscando puntos comunes de la felicidad, la angustia, la libertad, el amor, el desamor, la soledad, el paso del tiempo…