Este libro es una venganza. Una venganza contra todos aquellos que quisieron apedrear la sensibilidad y acabar con ella, sumirla para siempre en las aguas… Sin embargo, olvidaron que el alma de Narciso vuela, corretea y juega. Juega a ser inmortal, a ser esencia: ahora, plasmada e impresa.
Porque fueron muchos los que sintieron envidia, recelo; muchos los que quisieron manipular el encanto y los que decidieron repudiar la pureza. Y, de nuevo, olvidaron que éste es un jardín secreto, donde pilares exentos —ensueños— sostienen el triunfo hacia el despertar, el despertar de una flor en primavera; el renacer vital, jovial, de la belleza.
Jardín de la Decadencia es un desnudo integral, una mezcla de bohemia, de sentimientos encontrados en un mar de intensidad y explosión en las tinieblas. Es la historia en verso de un joven cualquiera; un impulso desmedido, un atentado poético. Es, sin duda, una auténtica odisea.