Nació en 1970 en La Cellera de Ter, municipio de interior de la provincia de Gerona donde vivió su infancia. Catalanohablante de lengua materna, es hijo de comerciantes, el 8.º de una familia cristiana y numerosa de diez hermanos donde a través del testimonio y la vida sencilla de sus padres y hermanos recibió la fe y la base de su formación humana y cristiana.
Su inquietud misionera le llevó a salir pronto de su tierra y, tras su formación, fue ordenado sacerdote diocesano en 1995 en Sigüenza (Guadalajara). Ha ejercido su ministerio pastoral y educativo en varias parroquias y colegios de su diócesis como profesor de religión, de historia y de cultura clásica en la enseñanza media. Pronto también partió para América y ejerció su ministerio como misionero en Santiago de Chile, en ambientes universitarios y en numerosas misiones populares en municipios empobrecidos y lejanos de la ciudad y en barrios marginales de la misma.
Desde 2004 ha estado trabajando en misión itinerante en las Diócesis de Córdoba y de Huelva, y ha colaborado temporalmente en la evangelización de Brasil, Guatemala, Nicaragua, México y Puerto Rico.
Por su bagaje como misionero ha experimentado y constatado, y por ello cree firmemente, en la fuerza de la Palabra y en la presencia del Amor hecho historia, como el alma y el motor de toda transformación personal y social.
Pese a ejercer siempre la misión fuera de Cataluña que le ha abierto el corazón a la catolicidad de la Iglesia, nunca ha perdido, sin embargo, la vinculación con su tierra de origen, a través de su familia que sigue en Gerona y Barcelona, a través de su comunidad de referencia donde vive y alimenta su fe, anclada ésta en Barcelona, y a través de los múltiples servicios pastorales puntuales que a diversas realidades eclesiales y parroquiales ha podido realizar. Este triple cordón umbilical ha mantenido siempre vivo en él, según confiesa, “el deseo de evangelizar mi tierra como pago por todo lo recibido en ella, por mis raíces y por mi historia, con la certeza profunda de que es solo el Evangelio la única respuesta válida a los anhelos, crisis y necesidades que realmente tiene Cataluña, entendida ésta ciertamente como pueblo y como cultura, pero sobre todo como comunidad humana de personas que sufren y que ansían una respuesta para sus vidas y para su historia…, y es ciertamente, en el anuncio del Evangelio, avivando o restaurando sus raíces cristianas, bellísimamente modeladas en su historia, en su arte y en su cultura, la mejor expresión del amor que siento por ella”.