Las innovaciones científico-tecnológicas, puestas en el mercado por las empresas, introducen cambios sociales profundos, duraderos y sin retorno; así, en algunos lugares se conservan los lavaderos públicos, pero, en general, se utilizan las lavadoras . No ocurre algo parecido en el campo organizativo de la Sociedad; se siguen planteando, como solución de los problemas presentes, teorías y diseños sociales ya fracasados en siglos anteriores; para esas personas es como si la superación del Feudalismo o la caída de la URSS… tuvieran significado nulo. De forma que propongo dedicar unos ínfimos recursos a desarrollar el Diseño Organizativo de la ¿Sociedad?, que busca construir equipos pluri/multi/trans-disciplinares de científicos/as que realicen aportaciones para la construcción de las teorías básica y efectiva que permitan, en su día, pasar a la ingeniería. No es nada nuevo, en áreas diferentes a las organizaciones humanas.
Jay W Forrester explicó la situación magistralmente: Puede que la idea de “diseñar” sistemas sociales no resulte atractiva y que tal diseño parezca mecanicista o autoritario. Sin embargo, todos los sistemas sociales han sido diseñados. Las políticas corporativas, los sistemas de ordenador, los organigramas y las leyes constituyen diseños parciales de sistemas sociales. Los gobiernos promulgan leyes después de un debate superficial. Las leyes reforman sistemas políticos y económicos. Tales rediseños son experimentos que usan a un país como laboratorio. Estos experimentos no incluyen un modelado dinámico de los efectos a largo plazo. Los cambios de políticas corporativas reciben menos análisis incluso. Por ejemplo, la reciente tendencia de formar conglomerados corporativos y la reducción de las barreras comerciales constituyen un remodelado gigantesco de la economía mundial sin que se haya prestado una atención apropiada a los resultados.