El objetivo es encontrarse con uno mismo y, como necesaria consecuencia, aceptarse. Puede parecer fácil, pero no lo es. Requiere de un incesante y arduo trabajo que no todos sabemos emprender. Pero merece la pena. El premio es la libertad y el poder. Pero poder en términos nietzscheanos. Voluntad de poder, más bien.
Es decir, no se trata de enseñarnos a cambiar, ni de aprender cómo ser otro. Se trata, al contrario, de entendernos, encontrarnos y, sobre todo, escuchar a nuestro ser interior, ese que somos y que siempre hemos sido, aunque casi siempre haya estado escondido.
Este es el viaje que propone Miguel. Porque se trata de esto, de un viaje de ida y vuelta al “uno mismo”; un viaje del que regresaremos, si lo hacemos bien, transmutados y exaltados.
De ahí su constante hincapié en el acrónimo CASA (conócete, acéptate, suéltate y atrévete), sutil y genial metáfora del objetivo final de este viaje, de esta búsqueda. Se trata de eso. De encontrar nuestra casa, o de reconstruirla a partir de sus cimientos, y a partir de ahí mostrarnos orgullosos al mundo tal y como somos.
El camino pasa por cuatro lugares ineludibles: la autoindagación, la autoaceptación, la autovaloración y el impulso que motiva la acción y que invita a comerse el mundo.
Solo así podrán los interesados, y los necesitados, crecer y desarrollar sus potenciales ocultos o desconocidos. Pero ojo, según este autor, la principal recompensa que podrá encontrar el valiente que siga sus consejos consiste, ni más ni menos, en conseguir a la mujer de sus sueños. Porque, aunque gran parte de las enseñanzas que contiene esta didáctica obra son transversales en cuestión de género, está esencialmente dirigida al colectivo masculino y heterosexual.
Pero no se trata solamente del libro de un psicólogo que desde su zona de confort regala lecciones de vida. Como comenta el prologuista, “la medicina que presenta la da por efectiva porque la ha probado antes en sí mismo”. Miguel también realizó este viaje, sobre todo cuando un buen día tomó conciencia de que no era el tipo exitoso, sano y seguro que pensaba/n que era, y que, en realidad, su aparente carisma era una máscara. Encontró ese agujero existencial que todos tenemos (unos más grande que otros) por el que se suelen ir nuestra autoestima y nuestro poder. Y pronto encontró la manera de taparlo y, de camino, lo equivocado que estaba con sus anteriores métodos.
El problema está en que tendemos a tapar nuestros agujeros negros internos mediante artificios temporales que no hacen, en realidad, más que hacerlos más profundos. El culto al cuerpo, el éxito y el dinero, el sexo, o las drogas de todo tipo, no curan la enfermedad, sino que alivian el síntoma momentáneamente y, además, producen recaídas peores. Y el vacío aumenta.
El camino, como repite incesantemente Miguel en esta obra, pasa por enfrentarse, incluso por pelearse, con uno mismo. “Conócete”. Ojo, es un camino único, personal e intransferible. Lo tenemos que hacer nosotros mismos, aunque contaremos con la ayuda incontestable de este libro. Y no solo eso. Una vez hayamos abierto la caja de Pandora de nuestro mundo interior nos queda otro camino importante: para extraer todo el potencial que tenemos escondido es necesario detectar qué es lo que nos hace únicos, cuáles son nuestras virtudes y, cómo no, cuales son nuestros defectos. “Acéptate”. Con dos cojones.
Esto nos llevará, plantea Miguel, a la libertad. Pero libertad con responsabilidad. Libertad para ser lo que uno mismo ha descubierto y aceptado que es. Pero teniendo siempre en cuenta que estamos rodeados de “otros mismos”. Todo esto llevará a desarrollar lo que este autor denomina como “magnetismo animal”. Nadie mejor que él para explicarlo, que tampoco es cuestión de destripar el libro. Solo una pincelada: el carisma, ese “algo” que tienen algunos y que es, sin duda, una exitosa y tremenda fuente de atracción y una fuente de gratificaciones sociales. Miguel plantea, parafraseando aquello de que los ojos son el reflejo del alma, que un interior, un “yo mismo”, sano, fuerte y feliz, y sin huecos existenciales que rellenar, se proyecta hacia el exterior y, de camino, atrae como un imán a los que le rodean. Eso sería el carisma. Ese es el objetivo.
Solo así, potenciando nuestro yo interior recién descubierto y mostrándolo al mundo orgullosos, podremos conseguir, según Miguel, ser triunfadores, incluso, en lo emocional y en lo sexual.
En resumidas cuentas, una obra recomendable para todos aquellos (y aquellas) que quieran aprender a ser, pero a ser de verdad, a ser uno mismo. Ojo, no es fácil, como otra y vez repite el autor de este libro. Además, como dice el refrán, el clavo que sobresale es el que recibe el martillazo. Y si no, que le pregunten al bueno de Sócrates, que, maravillado con un aforismo inscrito en el pronaos del templo de Apolo en Delfos, inició un periplo que le llevó a una conclusión sensacional: la verdad está en el interior, solo hay que saber sacarla.
Aquel aforismo decía: “Conócete a ti mismo”.
A. Zammer es psicólogo magíster en Ciencias de la Cognición y Evolución Humana; Life Coach certificado y avalado internacionalmente por la International Association of Coaching y la International Association of Professional Life Coaches para la modificación de creencias limitantes subconscientes por el Psych-k-Centre International.
Además, siempre quiso ser mago, pero mago de los de verdad, de los que hacen magia.