Mi infancia y mi adolescencia fueron a nivel de relaciones con la gente bastante catastróficas, a causa de mi físico (obesidad), tenía amigos y amigos de verdad, pero uno de ellos, el que más afecto me demostró, nunca quiso bailar conmigo. Después de varios desengaños, llegue a juvens, un grupo de amigos que me aceptó tal cual era y me mimaron y quisieron a mí como persona, y obviaron por completo mi físico. Aún hoy me siento protegida y querida por ellos, y han pasado más de cuarenta años. En mi juventud, me enamoré muchas veces y en ese grupo me reencontré con el chico del que yo estaba enamorada desde que tenía cinco años. Lo amé, lo amo y lo amaré; eso ya es irremediable, pero mis sentimientos siempre estuvieron ocultos, disfrazados.
Escribía mis poemas, escribía lo que sentía y no podía expresar, cada vez que me enamoraba, a todos esos poemas de toda mi vida creo que ha llegado el momento de desnudarlos, de quitarles el disfraz y eso es lo que tenéis en vuestras manos, los poemas de mi vida, escritos y guardados; esos son mis sentimientos desnudos.