Una imagen vale más que mil palabras. Y es que hacía mucho tiempo que no veía en mí esa esencia única que tanto me define. Pero ha vuelto. Y estoy feliz. Feliz de volver a ser yo, de verme en el espejo. Más allá del físico, hay una mirada que habla, una sonrisa que expresa y una esencia que es. Y yo lo había perdido todo. Hasta que desperté, con 24 años y muchas ganas de gritarle al mundo bien alto que se puede, que nunca es demasiado tarde. Soy maestra y no se me dan mal los idiomas. Ahora, formándome en Psicología Educativa. Me gustan los retos y no puedo parar quieta (de pequeña mi madre me tenía que “atar a la cama” para que me durmiera). Soy muy entusiasta y positiva. Fuerte. Me encanta rodearme de personas buenas y reír, reír mucho. También me considero bastante perfeccionista, aunque desde hace un tiempo me intento relajar más. Me gusta hacerlo bien y me encanta “poner las cosas bonitas”. Y, por ahora, no tengo mucho más que decir. Pero no os preocupéis, me guardo mucha información en la chistera. Ya me iréis conociendo mejor a medida que vayamos compartiendo letras y libros. Todavía tengo mucho que contar.