Los que disfrutamos ya de la tercera juventud, como es mi caso, hemos vivido la evolución del automóvil. Antes, a mediados del siglo pasado, había pocos vehículos a motor y no desarrollaban altas velocidades. Tampoco tenían tantas prestaciones en lo referente a seguridad, cuando no les fallaban los frenos, harto frecuente, eran los neumáticos o cualquier mecanismo fundamental.
Ha cambiado todo. Hoy los coches son muchos, muy fiables, más veloces y se hacen necesarias otras normas de circulación de las que ayer se prescindía
Las señales de circulación, hace sesenta años eran muy pocas y solo se encontraban en las carreteras principales. Según aumentaron los coches, hicieron falta más señales y en más lugares, no solo en las carretas, también en las poblaciones, siendo obligatorio conocer su significado a los conductores, pero tampoco deben ser ajenas a los no conductores, a los peatones.
Los conductores manejan máquinas que sin el debido control pueden ser peligrosas. ¿Y los peatones? Los peatones deben saber también que los vehículos no están exentos de peligro.
LA SEGURIDAD VIAL no es solo poner señalizaciones en calles y carreteras, es conocerlas y respetarlas.