En este libro se lucha por salvaguardar una de las esencias que todos los pueblos tienen, su acervo cultural. De un modo u otro, con más o menos precariedad se plasma la manera de ser o de hablar de un pueblo. Existen recogidas frases, palabras, expresiones… algunas autóctonas, otras heredadas de los pueblos de aledaños, y otras genéricas. A raíz de ello, debo manifestar que por el carácter localista de este libro vengo a ratificar el ego que el pueblo isleño le ha ido dando a lo que no es autóctono, pero sí le ha dado su propia jerga y fisonomía. La riqueza de este contenido es mirar al mar, el cual ha ido condicionando una manera de ser de un pueblo, ese pueblo que ha aprendido a hablar a base de influencias catalanas, portuguesas, levantiscas y andaluzas en general. Se intenta aportar un plus para los estudios del carácter andaluz y su manera de ser.