En un mundo cada vez más interconectado, por un lado, los Estados promueven el intercambio de bienes, servicios, personas y, por otro lado, desarrollan barreras sofisticadas para regular el acceso de los mismos a su territorio, la regulación del acceso de los trabajadores extranjeros en Bélgica representa un caso de ello. La particular dinámica del mercado laboral y las barreras de tipo legal-administrativa, lingüística y psicosocial en Bélgica, país que, sumado a su ubicación geográfica y, además, por ser capital de la Unión Europea, concentra una diversidad de mano de obra calificada y no calificada extranjera venida de todas partes del mundo; esto debido a la necesidad de sus sectores económicos, lo que la hace una economía atrayente tanto para trabajadores como inversores; sin embargo, en el marco de una economía de libre mercado, el Estado belga juega un rol activo en la regulación del mercado laboral a través de la política de empleo y la subvención a los planes de empleo.