Cuando Claire abrió la caja que su madre Lucille, recién fallecida, le había legado, no podía imaginar el enorme secreto que se escondía dentro. En aquellas hojas, amarillentas por el paso del tiempo, no sólo descubrió el porqué de sus ojos verdes, tan distintos del resto de la familia, sino también una verdad que su madre enterró durante cincuenta años.
El relato conservado la lleva a la posguerra española, en concreto, a un pueblecito de Ourense (Orense en 1941), Senante, cerca de la frontera con Portugal. Este es el sitio propicio para poder cruzar la frontera y escapar de la guerra europea o de las represalias franquistas, pero se necesita conocer bien el monte para poder moverse de noche. Esta necesidad será el germen que conducirá a una historia de amor desarrollada en un ambiente adverso. La culminación de dicha historia nos llevará a la Francia de la Segunda Guerra Mundial, en concreto al barrio de Montmartre, en París, donde se sitúa otra parte importante de la novela.
La obra es una constante entre un presente y un pasado, enmarcado dentro de un contexto histórico concreto, que nos sirve de hilo conductor. Un relato, siempre en suspense, que invita a seguir leyendo para conocer el desenlace.