“CREES QUE SOY TUYO, PERO NO TE PERTENEZCO.
ME HABLAS Y NO SIEMPRE TE ESCUCHO.
CADA COSA QUE HACES, CADA PASO QUE DAS, YO VOY DETRÁS Y JUEGO A IMITARTE.
ME MIRAS Y VES TU REFLEJO.
¿QUIÉN SOY?”
Esta pequeña adivinanza nos da pistas muy sencillas y a la vez muy importantes sobre cómo vivimos la infancia cuando somos niños y lo importante que es lo que vemos en las personas que nos educan, ya sean los padres, los abuelos, tutores, familiares, profesores…
Todos venimos de una infancia llena de vivencias, circunstancias y personas que marcaron lo que hoy somos como adultos. Así como esas personas tan importantes para nosotros vivieron una infancia llena de vivencias, circunstancias y personas que marcaron su forma de ser como adultos. Y así generación tras generación. Hasta que nace un ser que toma conciencia y decide romper con lo que aprendió de pequeño de sus padres, y consigue ser y pensar de una manera nueva, diferente. Consigue perdonar lo vivido en el pasado y ser feliz.
Cambiando su forma de ver las cosas, las cosas que mira cambian y nace una nueva forma de vivir, una nueva familia, una nueva prole.
Y tú, ¿eres feliz?
Sentirse feliz, realizado, pleno contigo mismo es el secreto para que tus hijos sean felices, vivan plenos y se sientan bien con ellos mismos.
Si tú estás bien, ellos estarán bien.
Recuerda que son tu reflejo.
No siempre te escucharán, pero siempre te imitarán.