Describirse a uno mismo en unas líneas no es tarea fácil. Podría empezar diciendo que la profesión de Policía, las iniciales del nombre y su amor por el jazz no son las únicas coincidencias que comparto con el protagonista de mi ópera prima, La sombra de la casualidad. O tal vez sí…
Con esta obra me he lanzado a la aventura de sumergirme en el mundo de la novela. No ha sido una tarea fácil, pero podría resumirla diciendo que lo he pasado en grande escribiéndola.
Supongo que, como a la mayoría de los escritores, mis propias experiencias personales han servido de inspiración en determinados momentos. Pero prefiero dejar a tu elección decidir hasta dónde llega la realidad y dónde empieza la ficción.
Lo mejor, sin duda ha sido la sensación de conseguir un reto personal que ha tenido desde el primer momento un claro ánimo solidario: escribir la primera novela policíaca solidaria con el Alzheimer, tanto a nivel nacional como probablemente mundial. Porque tanto en la vida de mi protagonista como en la mía propia dicha enfermedad tiene un peso determinante.