POR AMOR A TI, HIJO MIO ENTREVISTA
Entrevistamos a María José Rodríguez, autora de Por amor a ti, hijo mío, una obra publicada recientemente por la Editorial Círculo Rojo.
¿Esta es una historia real, aunque no lo sea?
Es una historia real en cuanto se describe una historia de violencia de género en la que se distinguen perfectamente todas las etapas que la caracterizan dentro de una pareja: física, psicológica, sexual, económica y social, y que sufren millones de mujeres en todo el mundo con independencia de su nivel cultural, económico y social.
¿Has recibido alguna opinión de alguna mujer que haya vivido una experiencia similar a la de María, la protagonista de tu libro, y que haya leído Por amor a ti, hijo mío?
Es tremendamente emocionante para mí comprobar la cantidad de mujeres que se han acercado después de haber leído Por amor a ti, hijo mío. Unas lo han vivido, y se acercan con sus hijas para comentarme sus experiencias; otras lo están sufriendo hoy mismo y les ha dado fuerza y motivación con esta lectura. El hecho de visibilizar este grave problema que sufren en general las mujeres (también hay hombres, pero el número es insignificante con respecto al grupo femenino), ayuda a sensibilizar a la sociedad y a comprender que entre todos tenemos que poner los recursos necesarios para que este comportamiento, con origen en el heteropatriarcado que hemos heredado, sea residual en las generaciones venideras.
Me he encontrado igualmente otro grupo diferente, al que, siendo conscientes de que no eran felices con sus parejas y que aguantaban pensando en que «ya cambiarían», les ha servido para darse cuenta de lo equivocadas que estaban; incluso he tenido oportunidad de conversar con adolescentes maltratadas que pensaban que todo lo que le hacían sus novios era porque las amaban, por una idea equivocada del significado del amor de verdad, o más bien del amor romántico.
Tanto la página del facebook del libro https://www.facebook.com/poramoratimeufillo/ y en la web http://www.mariajoserodriguez.eu/ están llenas de opiniones de hombres y mujeres de España, Portugal, Brasil y otras partes del mundo, así como de lectores y profesionales de la escritura de los que he tenido el orgullo y el agradecimiento de leer sus opiniones favorables sobre mi trabajo.
¿Cómo viven los hijos este tipo de tragedias cotidianas?
Son los eternos olvidados, ellos no se pueden defender solos, y solo hasta el 2015 no se han considerado víctimas de violencia de género. Las secuelas físicas o psicológicas son muy graves; si queremos tener un adulto equilibrado hay que educar en el amor, en la no violencia y en los límites. Si esto no existe, las consecuencias del maltrato en la infancia pueden ser terribles: desde construir un adulto con una personalidad totalmente anulada hasta crear un maltratador en el futuro, basado en el aprendizaje de los patrones educativos que vieron cada día.
Desaparece la autoestima, son nerviosos, inseguros, tienen ansiedad, baja el rendimiento escolar, se vuelven solitarios, huidizos o incluso violentos. Es increíble cuando he tenido la oportunidad de conversar con algún jefe de estudios de algún instituto que me comentaba que reconocen perfectamente los perfiles de los alumnos que podrán ser el día de mañana los «nuevos maltratadores». Todos somos responsables, tenemos que trabajar para el futuro.
Por desgracia, aunque la sociedad española y occidental está mucho más sensibilizada, muchos siguen negando la terrible realidad que viven muchas mujeres. ¿Cómo ves el debate que, de un tiempo a esta parte, se ha suscitado en torno a la ley de violencia de género?
Lo que me parece increíble es que exista un debate sobre la ley de violencia de género, sobre todo cuando aparecen nuevos grupos políticos que quieren derogarla y otros limitarla.
Negar lo evidente no es la solución, ni poner la suciedad social debajo de la alfombra. El número de asesinadas en el ámbito familiar en España desde que hay registro supera ya las muertes por violencia terrorista, y sí, señores, las mujeres no aparecen muertas, titular erróneo de muchos periódicos de este país, sino que son asesinadas por sus novios, maridos, ex maridos, parejas y ex parejas y aquellos que dicen amarlas; ellas y sus hijos sufren este tipo de violencia.
La sociedad en su conjunto tiene que involucrarse, primero desde la educación en la igualdad, ya que hombres y mujeres, siendo diferentes, tenemos que tener los mismos derechos y las mismas obligaciones, pero también las mismas oportunidades, cobrar lo mismo ante un puesto de trabajo, da igual que sea hombre o mujer quien lo desarrolle etc. Deberían introducirse en el sistema educativo los medios y las herramientas necesarias para que niños y niñas crezcan en igualdad y unas leyes que protejan que esto se lleve a cabo.
¿Consideras que no se está haciendo lo suficiente, tanto desde el punto de vista educativo como legal, para acabar con la desigualdad entre géneros?
Está claro que ahora estamos mejor que hace 10 años, pero no es lo suficiente repito una y mil veces que la educación es la mejor herramienta para crear una sociedad igualitaria.
Quiero recordar aquí que las mujeres, por ejemplo, tenemos derecho al voto desde el año 1931 con la Segunda República Española; que aquellas las mujeres no podían tener su cuenta propia en el Banco, que las herencias las gestionaba su marido, y que si alguna hablaba en la familia de que «su marido la pegaba» lo que le replicaban es que «tienes que aguantar». Muchas mujeres han vivido muertas en vida y en una soledad acompañada, y, si pensaban en estudiar, eran los hijos varones los que tenían la posibilidad de acceder a la educación superior, mientras que a ellas se las educaba para tener un marido e hijos y llevar una casa. Desde esta perspectiva hemos evolucionado mucho, pero queda mucho por andar.
Las universidades españolas están llenas de mujeres capaces con notas brillantes; en muchas de ellas hay un número muy superior al de hombres matriculados, incluso en carreras técnicas, antes propias del mundo masculino; no tenemos que diferenciar tanto entre masculino y femenino, más bien entre personas capaces y preparadas da igual del sexo que sean.
Las niñas de nuestra sociedad necesitan ver reflejadas en los libros a las grandes mujeres de la historia que gracias a su trabajo han conseguido grandes avances en las diferentes áreas del conocimiento, tener más herramientas para empoderarse y tener más autoestima. Es curioso saber que es a los seis años, cuando se reparten los papeles de género, los profesionales tendrían que analizar todo este proceso para dar alternativas y soluciones.
Por último, y desde una perspectiva puramente literaria, ¿podrías contarnos cuáles son tus referentes literarios?
La verdad, la lista sería interminable, soy una ávida lectora desde niña y dependiendo de mi estado de ánimo leía todo lo que caía en mis manos.
Haciendo un ejercicio de memoria sin orden alguno serían desde Julio Verne, Lewis Carroll, Pearl S. Buck Antoine de Saint-Exupéry, Emily Brontë, Charles Dickens, Willian Shaspeare ,Carlos Ruiz Zafón, Umberto Eco, Dante Alighieri, Anne Frank, Harper Lee, Gabriel García Márquez, León Tolstói, Susanna Tamaro, Alexandre Dumas, Jane Auste, Virgina Wolf, Isabel Allende, Emilia Pardo Bazan, Rosalía de Castro, Laura Esquivel, Carmen Laforet, Almudena Grandes, Oscar Wilde, Fiodor Dostoiewsky, Pablo Neruda, sería una lista interminable…