Primer trabajo literario de este madrileño de cuarenta y cinco años nacido en García Noblejas y criado en el barrio de Carabanchel, donde pasó su infancia y adolescencia entre los años ochenta y noventa. Época en la que pudo ser testigo del azote de las drogas, concretamente la heroína, a toda una generación, lo que supuso que muchos de sus conocidos no llegaran a ver el siguiente milenio.
En este mismo barrio, factoría de genios como Achero, Santiago, Rosendo… y cuna de Manolito Gafotas, empezó ya de muy pequeño a engullir todo tipo de literatura. Desde tebeos típicos de la época, como Mortadelo y Filemón, Zipi y Zape, Carpanta, Pepe Gotera y Otilio, cómics de terror y literatura para adultos como Creepy o El Cuervo, así como revistas como Interviú y periódicos sensacionalistas de crónica negra que cogía a escondidas a sus padres y hermanos mayores. Todas estas lecturas le hicieron amar más y más el mundo del arte gráfico, las letras y la crónica negra y de investigación.