El niño que murió creciendo, el hombre que murió viviendo: La obra que tienes en tus manos, lector, no es una novela, ficción o ensayo, si no que es el relato cruel, descarnado, sin concesiones de cómo un niño es llevado al extremo del sufrimiento. A través de estas páginas van deslizándose sus pensamientos, mentiras, verdades y decepciones. No lo leas pensando que hallarás la más obvia de las ficciones con un final feliz, la vida no suele darlos. Esta carta de suicidio, escrita en gran parte por el autor en un estado disociado, busca poner un punto y final a su vida empezando por el principio de sus recuerdos y acabando por el final de sus pesadillas. Es sin duda una historia que te deja con el sabor y el olor de la derrota.
Las inefableaventuras o cómo un loco resultó estar cuerdo: ¿Sátira o ficción? De la más cruel realidad a la más cruda critica, el autor escribió esta parte de su libro con la única intención de seguir vivo una página más, obligándose a si mismo a completar una y otra hoja relatando su vida otra vez, pero en esta ocasión con una visión.