Tanto el cine como la literatura han dedicado una gran cantidad de obras a las bodas. Las hay de todo tipo, desde la novela romántica, como es lógico, a la novela negra o la histórica. Algunas, como Boda en Auschwitz, de Erich Hackl, en la que se narra la fascinante historia del austriaco Rudi Friemel y la española Marga Ferrer, sobrecogen por ambientar una historia de amor en un contexto tan difícil y complicado como un campo de concentración. Otras, como la maravillosa Un cadáver para la boda, de Ruth Rendell, utilizan la excusa de una boda para construir una truculenta historia de crímenes y suspense. Y unas cuantas se lanzan al complejo terreno de la comedia para recrear los diferentes y disparatados avatares que pueden pasar durante la celebración de un matrimonio. El propio Miguel de Cervantes lo hizo con El Casamiento engañoso.
A este último género pertenece la sensacional propuesta que el fotógrafo de bodas almeriense Julio Crespo ha publicado recientemente por la Editorial Círculo Rojo con el significativo título de ¡Sí, quiero?
La experiencia es un grado, y nadie mejor que un fotógrafo de bodas, encargado de retratar para la posteridad este tipo de rituales, para contar los pormenores, las curiosidades y los problemas que pueden producirse durante los matrimonios. Julio Crespo, eso sí, lo hace con una pluma tan sorprendente como ágil, centrándose de manera especial en los momentos más delirantes y divertidos de su carrera profesional, carrera que, tras leer este libro, habría que empezar a considerar como profesión de riesgo.
Así, ¡Sí, quiero? ofrece un amplio e hilarante recorrido por algunas de las bodas más curiosas que ha vivido como reportero gráfico, desde aquella en la que una pareja compuesta por una joven almeriense y un joven de origen rumano deciden casarse por el rito ortodoxo, protagonizando una ceremonia de más de tres horas de duración bajo un insoportable calor de justicia, hasta aquella otra en la que un impertinente metre estuvo a punto de aguar la fiesta —además de fastidiar la tarta nupcial y de amargarle la vida a nuestro protagonista—, o una en la que el abuelo del novio le pidió que le hiciese una buena foto con la funesta intención de usarla algún día para su lápida… Pasando por la historia central que sirve como eje del libro y como excusa para ir comentando otros curiosos enlaces, la boda de Noelia y Hugo, a la que cariñosamente llama nuestro autor como “la boda perfectamente imperfecta”. Si leen el libro, entenderán qué quería decir con esto…
Julio, incluso estuvo a punto de morir —exagero quizás, o no— ahogado por culpa de la poco acertada decisión de grabar un reportaje de posboda en una cala y de desplazarse hasta ella en barco. Que me perdone el autor, pero este fantástico momentazo me hizo recordar algo que en cierta ocasión dijo el gran León Tolstoi y que encaja a la perfección con este relato: “El matrimonio es una barca que lleva a dos personas por un mar tormentoso; si uno de los dos hace algún movimiento brusco, la barca se hunde”…
No es de extrañar, visto lo visto, y leído este libro, que el bueno de Groucho Marx dijese aquello de que “el matrimonio es la principal causa de divorcio”, o que el torturado Soren Kirkegaard, jorobado y filósofo, dijese esto otro de “si realmente el periodo de noviazgo es el más bello de todos, ¿por qué se casa la gente”. Razón no le faltaba, aunque no hay que ser tremendista. Casi todas las historias que cuenta Julio Crespo en este libro —ATENCIÓN SPOILER— terminan bien. Al menos hasta dónde él llega…
En resumidas cuentas, ¡Sí, quiero? es un libro tan recomendable como ameno y divertido. Además, puede servir de utilidad para que todos aquellos, inocentes, que estén planteándose casarse sepan qué cosas no deben hacer cuando llegue el ansiado momento de su boda. El que avisa no es traidor.
Más sobre el libro: https://editorialcirculorojo.com/si-quiero/