La poesía desgarradora de Iván Keating transforma, desde su yo hacia el todo, la rabia con una palabra azul, modernista, y la luz de sus sonetos en la forma. Es en la belleza donde busca un sentido existencial a través de los millones de espejos de un mundo en los que en ninguno se ve reflejado. Keating aborda la palabra como un ritmo sobre una valija de luces y sombras de una madrugada: una resistencia de perdedor que recuerda en sus oníricas bohemias al mejor Bukowski. Además, saborea la palabra más preciosista y coloreada de Rubén Darío. Y, por si no fuera bastante, este joven poeta se eleva como espíritu libre a una metafísica de los conceptos universales: la búsqueda de la belleza en sí, el bien, la virtud y el mal más platónicos. En esa búsqueda seguirá tras este primer libro de poemas que le dictan voces con el silencio dentro. Si de las almas de este tiempo hay algunas que vagan libres y sedientas de su verdad más pura y blanca, la de Iván Keating vaga libre y fiel a su propia verdad.
-Antonio del Río