Sin duda alguna, la novela negra sigue siendo uno de los géneros más leídos, aunque también continúa formando parte, junto a la ciencia ficción o la fantasía épica, de ese grupo de géneros criticados por los snobs intelectualoides, a los que, desde las alturas, tachan de obras «para todo los públicos» sin reconocerle la merecida calidad literaria. Afortunadamente, hace tiempo que esto comenzó a cambiar. Y lo ha hecho gracias a obras como esta, El miedo de Amanda, del autor catalán Vicente Corachán Salinas, recientemente publicada por la Editorial Círculo Rojo, una compleja novela que hará las delicias de todos los aficionados a las historias de crímenes.
No en vano, el autor de esta pequeña joya literaria es detective privado, aunque anteriormente trabajó en los servicios de información de la Guardia Civil. Sabe de lo que habla porque lo ha vivido. Conoce la forma de trabajar de la policía, los recovecos legales y burocráticos que suelen entorpecer las investigaciones y, lo que es más importante, la forma de pensar de los criminales. De ahí algo que se percibe desde las primeras páginas de la novela: el realismo extremo, determinado por la veracidad de las historias paralelas que se cuentan y de los personajes, alejados de los típicos estereotipos y clichés del género, aunque siempre dentro de la arquetípica estructura del héroe (en este caso un ex policía reconvertido en detective privado) frente al villano. Quizás sea esto, precisamente, lo más ortodoxo de El miedo de Amanda, ya que, al contrario que muchas propuestas recientes de este género, el protagonista principal, Ezequiel, no es un personaje decadente, de dudosa reputación y con una moral algo ambigua. Al contrario, es una persona honorable y digna que lucha por la justicia y por sacar a la luz la verdad.
Por otro lado, desde una perspectiva puramente formal, destaca la capacidad del autor para crear el necesario e imprescindible clímax, característica esencial de la novela negra. Lo hace, como es habitual, dosificando la información y creando tramas paralelas, consiguiendo con ello que el lector no pueda despegarse del libro hasta pasar la última página.
Además, la prosa de Vicente Corachán brilla de manera especial en las descripciones de ambientes, consiguiendo transportar al lector a cada uno de los lugares en los que se desarrolla la acción del libro. Esto, unido a la impresionante caracterización de los personajes, tan ricos en matices y en detalles como los lugares que describe, provoca una experiencia inmersiva en el lector, algo que puede parecer fácil de hacer, pero que solo consiguen los maestros de la pluma. Por supuesto, también ayuda el lenguaje cercano, urbano y realista que imprime en los personajes, muy del día a día, que permite que el lector empatice con los actores de esta novela.
Especial atención merece un elemento, característico de la buena novela negra, de las buenas novelas negras, que aquí brilla en todo su esplendor: nada es lo que parece. Las tramas de este género suelen incluir giros que rompen por completo la historia y que provocan que el lector quede descolocado. En El miedo de Amanda esto sucede varias veces y, además, nos conduce a un final tan sorprendente como inesperado y poco previsible. Lo soñado para una novela de este tipo. Como dice el propio autor, «a veces, todo puede cambiar»…
Y, por supuesto, merece destacar, como ya adelanta la prologuista, que el autor, además de preocuparse por narrar una historia, expone una contundente crítica social, centrada especialmente en la lacra de la violencia de género, en lo ineficaces que resultan las leyes y las medidas que en teoría deben proteger a las mujeres y en cómo parece que nos hemos acostumbrado a ello, hasta el punto de que apenas reaccionamos cuando leemos titulares del tipo “Una víctima más de la violencia de género”. Vicente Corchán lo explica a la perfección: “Un arquetipo de noticias que, por ser numerosas, nos parecen tan cotidianas como las colas de los parados en la puerta del INEM”.
Además, algunas de las tramas de esta poliédrica obra giran en torno al terrible asesinato de varias mujeres. Obviamente, no pienso revelar nada, pero sí que quiero destacar cómo el autor narra, de forma pormenorizada, todo lo relacionado con un terrible crimen de este tipo, desde la dolorosa reacción de los familiares y conocidos tras conocer la noticia, hasta las pesquisas policiales para dar con el asesino, pasando por su detallado intento de describir la personalidad psicopática que suele caracterizar a este tipo de criminales. Aunque, como comprobarán si se atreven a leer El miedo de Amanda —se arrepentirán si no lo hacen—, nada es lo que parece…
Más sobre el libro: https://editorialcirculorojo.com/el-miedo-de-amanda/