Esther crece como una niña normal, rodeada del amor de sus padres, su familia y amigos, gran atleta, risueña y siempre con su íntima amiga Marina; pero a la edad de catorce años, la muerte de su padre y la adicción al alcohol de su madre, la harán crecer precipitadamente.
Más tarde empezará su primer empleo, el hombre del que está enamorada le declarará su amor, pero poco a poco, sus decisiones la llevarán por caminos que la lanzarán a abismos insospechados, perdiendo así su joven inocencia.
Pasarán diferentes personajes por su vida, que la harán fluctuar entre el amor y las drogas, prostitución y malos tratos, convirtiéndola en un juguete roto.
La obra está escrita en un tono coloquial y rápida, con lo cual la lectura se facilita de una manera evidente, restando así peso al tema principal.