Charlamos con Kate C. Apricot, autora de la novela erótica Trece llamadas, recientemente publicado por la Editorial Círculo Rojo.
¿Cuándo nació Trece llamadas?
Trece Llamadas nació a raíz de un proceso personal de ruptura. Comenzó siendo una herramienta terapéutica a través de la cual volqué mi dolor y mis sentimientos para terminar siendo una novela con vida propia.
¿Existen mujeres como Olivia?
Yo creo que cada una de nosotras tiene un poquito de Olivia, la necesidad de crecer, de ser independiente, de gritar a cuatro vientos cuánto vale…
¿Y hombres como Bruno?
Ja, ja, ja. Eso ya es más difícil, ¿no? Quizá todos anhelamos esa parte de Bruno más sensible y entrañable a la vez que sexual, inteligente y con sentido del humor…
¿Cómo fue el proceso de redacción de esta compleja novela?
Fue un proceso largo. Qué pasó por sus más y sus menos… Pero sobre todo un proceso muy enriquecedor. Lo que está claro es que escribir rompe y, tras la escritura de una novela, se produce dentro de ti un cambio y un crecimiento como persona.
¿Cómo ha sido la creación de las apasionantes escenas de sexo que aparecen en el libro?
Más sencillo de lo que puede parecer… Se trata de encontrar ese punto medio entre lo ñoño y lo soez.
Si tuvieses que recomendar Trece llamadas, ¿cómo lo harías?
Una novela que engancha y ahonda de forma suave pero efectiva en nuestros miedos y anhelos.
Una pregunta habitual, pero necesaria: ¿Cuáles son tus referencias literarias y cómo han influido en Trece llamadas?
Hiromi Kawakami, autora japonesa que escribe deliciosas historias con pinceladas de un erotismo suave y distinto…Haruki Murakami, por ser tan genial y distinto y Hanif Kureishi, por su sentido del humor.
¿Algún proyecto literario en ciernes?
Dos…. Una historia costumbrista que se desarrolla en la isla de Menorca y la segunda parte de Trece Llamadas (por petición de algunos lectores).
¿Le gustaría explorar algún otro género literario?
Si. La novela intimista.
¿Quién es?
Kate C. Apricot nació en Barcelona en la década de los setenta. Hija única, creció en un pequeño ático en Sarrià rodeada de libros y de amigos imaginarios.
Su vocación por la literatura quedó aletargada durante años hasta que allá por el año 2011, animada por su tía, comenzó el itinerario de narrativa en el Ateneu Barcelonés. Durante el cuarto y último curso de novela, quedó finalista en un concurso de literatura erótica. Aquello la llevó a escribir Trece llamadas. Una novela donde el erotismo en estado puro se mezcla con el crecimiento de la protagonista y la búsqueda de la libertad.