Mundo, demonio y carne viva no es un tratado sobre los tres pecados capitales, muy al contrario: un alienígena que se ha hecho a sí mismo (Alien), sin necesidad de venir de otra galaxia, ha conocido los valores del humanismo y pretende protegerlos del monstruo publicitario que todo lo manipula; desde la opresión de las religiones a las imposiciones políticas, desde la deshumanización a los intereses económicos multinacionales. Propone una herramienta que, bien utilizada, ayudaría a cambiar esos tres malos usos: las redes sociales, como viaducto de transformación.
Algunas ensoñaciones e historias cortas de Alien completan esta obra: sueños y narraciones que miran con lupa a la sociedad actual, a sus divergencias y a sus mitos. Alien piensa que el siglo XXI puede enderezar las cosas, porque el humanismo tiene que espabilarse; estamos a punto de dilapidar el primer cuarto de este siglo XXI y le parece que el hombre actual ha puesto la marcha atrás.