Por fin ha llegado el momento de que su tercer hijo vea la luz, estoy segura de que éste le ha robado tantas horas de sueño como sus gemelas. Han sido muchas las noches dedicadas a escribir después de infinitas jornadas de trabajo en su pequeño despacho de cuatro ruedas rojo, de donde han salido muchos de estos relatos, otras, las más, historias propias y alguna que otra surgida de retos entre amigos, aún recuerdo cuando Bárbara (amiga) le dijo que no sería capaz de escribir un relato sobre un barrendero, no paró hasta que le dio forma. Somos muchos los que leímos sus borradores y todos coincidimos en que cada nueva historia nos deja deseando leer la siguiente, por eso le animamos sin descanso a que las convirtiera en un libro, este libro. Yo soy la primera que lo hace, con cada historia me quedo más y más enganchada a su aventura de plasmar la vida en negro sobre blanco. Incontables veces le he dicho que no volvería a leerle porque sus historias me arrancan emociones que no puedo controlar, pero me resulta imposible no hacerlo, espero que a ustedes les suceda lo mismo.
Manuela (su esposa).