“La presencia de un inmigrante africano que ocupa la casa vecina, altera los planes de Ernesto en su cuarta visita para replantar el jardín de La Salina, en la costa de Tarragona. Más allá de disfrutar de un tiempo de recreo, Ernesto tiene la oportunidad de acercarse al lugar donde vive y trabaja Alicia, un amor inolvidable. Enredado entre la responsabilidad y el remordimiento por como acabó su relación, la paz que anhela se le antoja en manos de la amiga que aun comparte la pasión por la danza de su hermana Isabel, aunque viera frustrada su carrera tras sufrir un accidente.
La impotencia, pero a la vez también el deseo de ayudar al hombre que se esconde en la casa de al lado, empuja a Ernesto a buscar nuevamente la complicidad Alicia, que ahora trabaja como educadora social. Juntos conocen la identidad y el origen de Gabriel, un nigeriano que ha llegado a España tras el rastro de su hermana Adaeze y que ha sufrido en el trayecto la trágica pérdida de su mujer y su hijo, ahogados en el Estrecho. El compromiso con Gabriel los lleva hasta Cádiz para comprender el viacrucis del nigeriano y tratar de averiguar el paradero de su hermana desaparecida”.