La Torre de Hércules es el primer libro de la saga de Ojos en el Cielo, pertenece al primer volumen de La leyenda de Yamáh.
En ella os presento a los diferentes personajes que conforman esta saga, y en cada uno de ellos se dibujan de forma diferente al resto, con sus propios perfiles, características y miedos.
Personajes a los que pronto te habituarás, pues en ellos hay una parte de cada uno de nosotros: Gonzalo, audacia; Álex, inocencia; Lucía, ternura; Soraya, inteligencia y Rodrigo, honestidad.
Características que, en mayor o en menor grado, todos poseemos, o que, por el contrario, ante su carencia, nos atraen si las poseen los demás.
Estos personajes de los que te hablo se interrelacionan y se alejan del habitual yoísmo, y del individualismo del actual mundo que nos rodea, puesto que, aunque ellos no lo sepan, su fuerza no está en su «yo», sino en su «nosotros».
Una novela que se desarrolla en un mundo que no es coetáneo a nuestro propio tiempo, ya que, a través de sus páginas, viajaremos a la Castilla de los primeros años del siglo xiv. La España que representa, tampoco se haya conformada todavía en la realidad que hoy nos envuelve, pues, en aquellos tiempos, estaba desmembrada en diferentes reinos que luchaban entre sí por subsistir.
Presente, pasado y futuro de unos muchachos que, sin siquiera saberlo, en cierto modo nos representan a todos. Y es que, en esta historia que comienza al principio de los tiempos, y de la que son protagonistas, puede que el mal que les envuelve por todas partes al final triunfe truncando su presente. Así que, ¿no creéis que nosotros, de alguna manera, podríamos vernos afectados, si alterando su final, se condiciona, lógicamente, su futuro, que para nosotros es nuestro pasado?
Pues decidme, ¿no somos nosotros, en realidad, el resultado de las acciones de aquellos que nos precedieron?