Reflexivo y atormentado, así me encontraba en el instante en que comencé este texto. Un texto convertido en libro, un libro al cual decidí llamar desde su comienzo “Reflexiones con mi duende”. ¿Qué me llevó a escribirlo? El insomnio. ¿Qué componentes tiene? Sinceridad, sentimiento, impulsividad, indignación y repudio. ¿De qué trata el libro? Analizo aquéllos asuntos que nos rodean, con los que convivimos y en ocasiones manifestamos rechazar, de igual manera toleramos, evitamos e ignoramos. Expreso mi visión sobre temas como “religión”, “política”, “refugiados”, pasando por “toros” o “monarquía” entre otros, incluso “desvelo intimidades” de la familia real española. Lágrimas, en algunas facetas, la nostalgia se hizo presente, “las lágrimas del recuerdo” duelen y permanecen, a ti te ocurrirá algo similar… Risas, por momentos una sarcástica sonrisa adornaba mi rostro al imaginar determinadas situaciones, tan inverosímiles como “reales”. ¿Qué más puedo decir…? Mis “ideas y principios” quedarán guardados eternamente, este es mi legado, ese era mi objetivo. Olvidaba lo más importante, este libro ha sido narrado en conjunto con el duende, ¿quién es el duende? Difícil de explicar en una simple contraportada…