La curiosidad es la que me ha llevado a descubrir y aprender del entorno en constante cambio que me rodea. Si uno se queda mirando al suelo no verá más allá de sus propias huellas en el camino. Siempre intento ir una mirada por delante. Dentro del universo al que pertenezco me he cruzado con muchas estrellas: algunas de ellas brillaban desde muy lejos y al seguir su rastro desaparecían, otras parpadeaban tímidamente intentando hacerse un hueco en el tiempo. Algunas quiero olvidar y no puedo; otras, ojalá no se alejen nunca. Encontré estrellas fugaces que se pasaron por mí, me iluminaron, me absorbieron, me quitaron la luz o me quemaron con su estela. Me costó ver la que nacía en mi pecho, tardé en aceptarla y acabé amándola. Todas ellas ocupan un lugar en mi recuerdo y, desde ahora, en estas páginas.