La historia de Sail no es ni la más dramática, ni la más significativa, es una historia más. Se trata de una historia que puede extrapolarse como paradigma de una realidad. Cuando hablo de Sail, hablo del colectivo bangla de Melilla, y es extrapolable casi a cada una de esas dignas personas que he tenido la suerte de conocer, y que comparten el contexto de un periplo en el que deben enfrentarse a los mismos monstruos (fronteras internacionales y personas que se aprovechan de su vulnerabilidad) y a los mismos fantasmas (un sutil sistema burocrático y administrativo que ningunea sus derechos fundamentales).
El objetivo de este documento es que conste como fuente para que estas historias no caigan en el olvido y puedan servir para recomponer la historia de la inmigración en Melilla partiendo del rigor que nos ofrecen las fuentes orales a las que he acudido (cuya situación de inestabilidad legal otorga especial dificultad a la hora de tratar de hacer un seguimiento posterior) así como las múltiples entrevistas y trabajo de campo realizado durante más de tres años.