El fenómeno de las migraciones ha afectado a la Península Ibérica desde la prehistoria por su situación geográfica entre dos continentes y entre dos grandes masas de agua. Melilla, por su especial ubicación en la periferia de España y de Europa es un caso a parte, ya que se encuentra en el norte de África a apenas 100 km de Argelia y unos 200 de la Península, lo que le otorga el carácter de antesala de Europa.
Los motivos por los que una persona decide convertirse en migrante son infinitos, pero según el foco de origen tienden a repetirse una serie de patrones. Las rutas, aunque numerosas y con muchas variables, suelen ser limitadas por una serie de factores. En este ensayo trato de exponer la situación de los migrantes que durante su periplo, y debido a numerosas circunstancias, se ven atrapados en el entorno de Melilla, levantándose ante ellos una verja metálica faraónica, el ejército de un país y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado de otro, contando además con numerosos y cada vez más sofisticados medios técnicos para reprimir sus deseos de pasar al otro lado. Analizaremos la situación de los migrantes “atrapados” al otro lado de la verja y por qué tratan de llegar a Europa a través de Melilla. Describiremos con detalle la valla como elemento represivo y quiénes se ven condenados a superarla saltándola.