“Los tacones de Reynalda” da título, y a su vez es una de las historias contenidas en esta colección de relatos, en su mayoría de corte costumbrista, donde se expone con absoluta transparencia la realidad de la Cuba contemporánea. En el caso específico de “Los tacones”, es Reynalda una prostituta radicada en un pueblo de campo de principios de los setenta, que cada noche sale a trabajar, atravesando una calle desde donde es observada por una familia muy tradicional. Mientras los mayores la juzgan, los ojos de un niño la ven como la imagen de la bondad y la elegancia, integrándola de alguna forma al equilibrio y a la paz que rodea su entorno. Cuando desaparecen Reynalda y sus tacones, la vida comienza a cambiar, a desquiciarse. Las sorprendentes historias contadas aquí –donde el humor está siempre presente, suavizando a veces pasajes tristes y estremecedores- no sólo reflejan la vida en La Habana y en los pueblos del interior de la isla, sino que van más allá, hasta la Hungría de los años ochenta, cuando era común que oleadas de cubanos fueran enviados a estudiar y a trabajar a los países de la Europa del Este.
El lenguaje es ameno, directo, con la clara intención de que el lector sienta al desandar cada página, que ha abierto una ventana por donde puede asomarse y contemplar a Cuba.