Loreta, una joven por cuyas venas corre sangre suiza y española, siendo aún niña, y tras el divorcio de sus padres, se va a Suiza a vivir con su madre. Allí crece, y le llega la adolescencia y la primera juventud. Tras una decepción amorosa, decide buscar a su padre en España, al que no ve desde hace tiempo, y con el cual ha mantenido a través de los años contactos muy esporádicos. Empaca sus pertenencias, y conduciendo su pequeño coche, se dirige a Almería. Al llegar, no encuentra a su padre de inmediato, y en una calurosa tarde de verano, se pierde entre los invernaderos de San Augustín. Momey, un joven estudiante de Informática en Argelia, se ve obligado a interrumpir sus estudios debido a la grave enfermedad de su madre. Debe buscar un trabajo para ayudar a los suyos, porque las reservas económicas de la familia se han ido en tratamientos médicos y facturas del hospital. Como quiera que las ofertas de trabajo no son tan fáciles de encontrar, su padre hace caso a los consejos de su hermano – que más adelante resulta ser un traficante de personas – y decide enviarlo, junto a su hermano menor a probar fortuna en España. Para ello, tendrán que cruzar el Mediterráneo en una patera desvencijada. Un trágico accidente ocurre en medio de la travesía. Esa tarde, en que Loreta se pierde entre los invernaderos, Momey, que ya para entonces dirige a un grupo de trabajadores en ese lugar, la encuentra desmayada, y la ayuda a salir del laberinto de plantaciones. Loreta encuentra a su padre justo cuando lo llevan esposado, detenido bajo sospecha de asesinato. Padre e hija intercambian algunas palabras entre lágrimas. Ella se queda a vivir con su abuela paterna, y a pesar de los terribles acontecimientos, comienza a pensar en que quiere iniciar una nueva vida en Andalucía. Hace planes para abrir su propio negocio.
Cree en la inocencia de su padre, y le proporciona apoyo para que pueda superar el momento tan difícil por el que está pasando. El padre, que durante muchos años llevó una vida desordenada y sin rumbo, encuentra en la cárcel un compañero de celda, que lo motiva y lo inicia en el cante flamenco, como método infalible para dejar atrás su mala vida y sus depresiones. Los dos nuevos amigos trabajan voluntariamente en la cárcel, e inician juntos un proyecto de canto. Loreta y Momey, que vienen de diferentes culturas, comienzan a cultivar una linda amistad. Hay obstáculos que impedirán momentáneamente que ese sentimiento termine en amor. Pero como no puede ser de otra manera en Andalucía, todas las dificultades se resuelven, y el amor triunfa al final.