Se considera lector antes que escritor, pues opina que el segundo concepto
no se sustenta sin el primero, y es por ello que se ha jurado a sí mismo no dejar de hacerlo mientras le duren la vista, la razón y los días.
Es afortunado al desarrollar su actividad laboral en un sector donde los libros y la prensa escrita todavía reciben ese trato especial de creación literal. Todo un mundo donde experimentar
con la sensación de formar parte del nacimiento de una obra antes de ser lanzada al mundo.
Ha participado con alguno de sus relatos en proyectos literarios como:
El poder de las letras, Relatos compulsivos, y más recientemente en El tintero de oro.
Después de muchos años, por fin ha cumplido su deseo de publicar su primer libro, y presiente que no será el último.