En este libro se sustancia el trabajo de ocho años, adentrarse en el mundo del flamenco a través de los coloridos retratos, que invitan y nos sugieren, sin conocimientos previos, solo la predisposición de ver y creer, eso sí, arriesgándose a “caer”.
ADVERTENCIA: El flamenco “engancha” y tiene tus sentidos presos, por no hablar del duende, que es la mejor forma de posesión.
Es un libro de indispensables, pero incompleto, por eso ya estoy trabajando en el próximo, que será 100 flamencos más.
Estos retratos son —según quien los vea—, de esencia naif y aire pop, con sus tonos flúor; para muchos, caricaturas, que no buscan la reproducción —para eso están las fotos—, sino la conmoción, el gesto, la provocación, el movimiento, la sensación y transmitir la esencia del arte flamenco a través de la pintura.
Espero que te haya dado un pellizquito al verlo…