¿Qué hay de verdad en esta miríada de historias que se narran en Desde mi abismo? ¿Existe Marcela?
R: Hay mucha verdad en esas historias inventadas. De la vida real los hechos y la imaginación se cruzan constantemente, así que algunos conocidos podrán encontrar semejanza en ciertas anécdotas, pero definitivamente ningún personaje está basado en alguien en concreto. Luego de varios años, Marcela dejó de ser tinta en un papel y llegó a ocupar un lugar sentimental en mí, tal vez eso se refleja en el espíritu paterno que impregna el final del libro. No la puedo atribuir a nadie en la vida real, pero siento que es una proyección de mi pasado y anhelos de adolescencia, lo confirmé cuando, después de dos años de terminar la escritura inicial del manuscrito, encontré a Marcela en varias personas iba conociendo, como una suerte de premonición.
En Desde mi abismo, muchos de los adolescentes, incluida Marcela, la protagonista, leen y mucho. Pero, en realidad, la lectura no abunda demasiado entre los jóvenes. ¿A qué se debe esto?
En esta época de consumo la literatura y los libros deben competir contra fuentes de entretenimiento más fáciles y accesibles. Esto se suma a sistemas educativos y de políticas públicas deficientes; la cultura, pautas de crianza y entretenimiento en la infancia. Es un fenómeno con muchas dimensiones, históricas, culturales, políticas, económicas e incluso geográficas. Pero soy optimista, creo que hay una proporción alentadora de lectoras y lectores que ven la lectura más allá del consumo y se permiten vivir experiencias enriquecedoras y reflexivas cada vez que se sumergen en un libro.
¿Qué se podría hacer para solucionarlo?
La solución requiere la sensibilización y motivación de la sociedad en general. No sólo se requieren políticas públicas y educativas que se enfoquen en generar amor a la lectura y no una búsqueda de verter conocimiento en los niños y niñas, en busca de que repitan la lección como robots, o el disfraz moderno de esas mismas políticas que busca de forma feroz la habilidad, como comprensión lectora, pero sólo para el uso del mundo empresarial. Se necesitan cambios en la cultura y nuestros sistemas de valores, así las familias logren fuentes de entretenimiento diversas a la televisión, redes sociales y series en línea.
Es una tarea titánica, y más para Latinoamérica y Colombia, país en donde no hemos iniciado reformas que nos permitan ver un rumbo concreto en lo educativo y cultural. Sin educación y sin lectura no encontraremos ningún futuro.
¿Cómo recomendarías Desde mi abismo a sus potenciales lectores?
Es un relato de misterio, y a la vez una novela muy cercana e íntima que permite explorar de cerca las vivencias de una adolescente que sufre de culpa. Es una especie de canción, rítmica y lenta, sobre el cómo sobrevivir con tanto dolor a través de la lectura y escritura. Como ya lo han dicho otros lectores, es una historia del paso de la adolescencia a la vida adulta.
¿Te atreverías con otro género literario?
Por el momento continúo persiguiendo la literatura juvenil como un anhelo tal vez inalcanzable, pues las formas, los personajes y las tramas fácilmente se tornan complejas y densas, aunque critico mucho esa concepción simple y poco elaborada con la que se confunde el género. En general, seguiré escribiendo drama e historias urbanas por un tiempo, tengo un proyecto secreto de fantasía épica medieval, pero puede tardar años. En cuanto a temáticas continúo pensando en familia y crisis, el tema de violencias de genero también arrebata parte de mi tiempo en estos momentos.
¿Algún proyecto en ciernes?
Llevo varios años escribiendo un proyecto que ha resultado muy difícil de ejecutar. La voz de la protagonista ha resultado un reto que me ha obligado a la re-escritura en diversas oportunidades. Es un manuscrito que va y viene entre otros, también hay periodos largos en silencio en los que contemplo a la nada con una ansiedad terrible.
Espero algún día compartir esa novela con el mundo, tal y como lo hice con Desde mi abismo. Por el momento, un sueño a la vez.
¿Cuáles son tus principales influencias literarias y artísticas?
Faulkner, Borges, Roberto Bolaño y Enrique Vila-Matas. Leer a Bolaño es todo un tema aparte. Me encanta esa sensación impredecible con la que relató sus historias, y lo diluidos que siempre están los argumentos. Aunque no soy el tipo de narrador con lenguaje poblado, más por carencia que por predilección, me encantan los prosistas como Manuel Mujica Laínez y Azorín.
¿Quién es?
Felipe Gutiérrez nació el 15 de mayo de 1992 en Santiago de Cali, Colombia. Es trabajador social egresado de la Universidad del Valle, y labora en una clínica de su ciudad. Ha colaborado con la revista El Clavo y otros medios locales. Desde mi abismo es su primera novela.