Esta es la segunda parte del primer libro, Crimen y Castigo. Parte de Madrid y termina en Madrid, pero, eso sí, pasando por contravenencias con la justicia en contra de la enfermedad de subterfugio para resoluciones injustas. Cómo un papel médico puede condenarte ante la sociedad. De regreso a Barcelona, me encuentro con un paisaje demográfico totalmente cambiado, la creciente comunidad de extranjeros me lleva a tener romances escabrosos con un final de descalabro. El final es inesperado, el porqué de este rumbo sin destino, que al final busqué entre españoles, ya que no entiendo ni el arameo ni el chino ni el húngaro ni el hindú ni el tagalo, en una ciudad natal tan extraña como cosmopolita. De la enfermedad nadie más se atreve a hablar, y la verdad parece más bien una vergüenza, ya que tengo que marchar.