(“)… Durante el mes que viví en Madrid no falté a la cita con el Museo del Prado ni un solo día laborable. Allí me enamoré de Velázquez sobre todos, de Rubens, de Goya, de Tiziano, de El Bosco…, y esa fascinación por sus pinturas fue creciendo por el contacto directo con los alumnos, a quienes trataba de transmitir ese amor por la Belleza, por la Estética, por la Luz, por el Color…, y tengo la impresión de que el calor que desprendían mis explicaciones no caía en tierra yerma. Muchos alumnos me hablaban del reconocimiento de un estilo o de una obra, tanto en pintura como en arquitectura, y la percepción de estar contagiándoles mi amor por el Arte alimentaba aún más mi dedicación a la lectura de libros y revistas de Arte, a la visita a museos; al disfrute, en definitiva, de todo lo que encerrase alguna expresión artística… y me convertí en Crítico de Arte amateur… (“) “Por la inteligencia de su mirada, por la calidad, precisión y elegancia de su escritura, MIS PINTURAS FAVORITAS, atiende cumplidamente el horaciano “prodesse et delectare”, e invita al visitante a conjugar a su gusto el verbo gozar”. Antonio Lara Pozuelo Catedrático Emérito Universidad de Lausana (Suiza).