Mi nombre es Inma Herraiz, estoy licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Barcelona (especializada en CLÍNICA INFANTIL-ADULTOS). Trabajo como psicóloga en un bonito pueblo costero (Canet de Mar), con una larga trayectoria profesional.
He observado que muchas de las dificultades que presentan las personas adultas son más difíciles de corregir, dado que vienen de la infancia. De ahí la importancia de los primeros años de vida de cara al establecimiento de una buena base para el desarrollo personal en todos los aspectos. Es durante esta primera etapa cuando se tiene el potencial para ir adquiriendo las competencias y habilidades de la persona adulta, puesto que es en este periodo cuando el cerebro tiene más plasticidad para formar conexiones neuronales.
El hecho de ver la importancia de esta primera etapa me motivó a trabajar con bebés. Así me formé primero en la lengua de signos para bebés, con el método My Smart Hands, que permite la comunicación con el bebé antes de que empiece a hablar y con los beneficios que este hecho comporta para el desarrollo de sus inteligencias múltiples. Esto tiene una estrecha relación con un segundo pilar, que tiene como referente los programas de Glenn Doman (al cual admiro), haciendo hincapié en la importancia del juego como herramienta de trabajo con los niños. Por tal razón, ha nacido este cuento, que, a modo de juego, ayudará a los más pequeños a ese gran paso que es ir al baño, dando visibilidad a sus sabias palabras:
«Cada niño tiene diferentes talentos, que hace falta estimular, solo es cuestión de darle la oportunidad para sacar el potencial que lleva dentro».