Francisco de Paula nació en un pueblo de
la Andalucía profunda, en el mes de
septiembre de 1936, dos meses después
de haber estallado la Guerra Civil
española.
Quedó huérfano de padre cuando solo
tenía uno o dos años. Su padre fue fusilado
por los motivos que más adelante
contaré y se supone que enterrado en
alguna cuneta o fosa común de cualquier
carretera o acantilado. «Solo Dios sabe
dónde».
Fue niño hiperactivo, tal vez traumatizado
por las zancadillas que proporciona la vida.
Tuvo que rehabilitar su economía y la de
su familia en tres ocasiones. Marchó al
extranjero para aumentar sus ingresos y
poder casarse.
Contrajo matrimonio «por poderes» en
una ermita con una joven catalana y,
posteriormente, en la catedral de un país
extranjero.
Su principal preocupación fue siempre
poder «sobrevivir, crear una familia, unos
hijos y tener algún día una historia que
contar a sus nietos».
Esta novela es su autobiografía.