“Buenas, malas y malísimas” viaja a la magia de la cultura y la mitología griega de nuestro Mediterráneo, sin olvidar la actualidad y permitiendo que la cultura massmedia – el cómic, el cine o televisión- nos guiñe, de vez en cuando, un ojo y nos haga sonreír, navegando en el crossover de la antigüedad y lo ya, casi, cibernético. Al principio, era el silencio y la oscuridad; pero un día, se hizo la luz y el espacio se llenó –y con él la tierra- de: titanes, gigantes y dioses. Unos eran buenos a veces, y otros malos a veces; y a veces, solo eran, casi, como todos nosotros. Pero cuando, alguno quería tener más poder luchaba con todas sus fuerzas y argucias. Así nació esta historia, acompañando a los que querían quedarse, por todos los medios, con la mágica Laguna Estigia, fuente de fuerza y poder, destruyendo a la semi-diosa Pirene que era su feroz defensora. Muchos héroes, dioses y gigantes, sus náyades, la naturaleza y hasta el mismísimo Hércules trataron de evitarlo. Sin embargo, no todos los finales son, siempre, felices pero tampoco tienen porqué ser tristes. Aunque a veces, las cosas no salgan como queremos, “Buenas, malas y malísimas” quiere que actores y espectadores aprendan a apoderarse en cada butaca de lo más importante: la ESPERANZA.