Creo que a veces no nos damos cuenta de lo maravillosa que es la vida, porque, aunque no sea de color rosa, tiene un color pastel demasiado bonito.
Dieciséis, veintinueve, treinta y cinco o hasta cincuenta años in-tentando hacer bonita la vida, y un mal día le echamos toda la culpa a su existencia. ¿No crees que a veces es mejor pararte, mirarte a ti mismo y empezar a meditar? Pensar en todo el mal día que has tenido y buscar lo bueno de esas veinticuatro horas. Aunque cueste encontrarlas, busca en los rincones más escondidos hasta llegar a ellas y, entonces, ahí, en ese mísero instante, serás feliz. Y da igual que lleves buscándolas una hora, dos o incluso tres, serás feliz por un par de segundos, y aunque parezca demasiado poco para tanto tiempo perdido, es tan bonito y te lo mereces tanto, nos lo merecemos tanto…