Alex despierta de un coma varias semanas después de haber sufrido un grave accidente de coche y se da cuenta de que no tiene ningún recuerdo de su pasado, no sabe quién es, treinta años de su vida han desaparecido de repente. Su primera visión fue unos enormes y hermosos ojos verdes que desaparecieron rápidamente, y de los que quedó totalmente prendada. Sorprendentemente, esa descripción no se ajustaba a nadie de su entorno. Alex no puede olvidarlo, se siente profundamente atraída por el hombre misterioso que está detrás de aquella mirada. Inesperadamente, éste empieza a aparecer en sus sueños, en los que Alex es capaz, a su vez, de reconocer lugares que han formado parte de su vida en algún momento determinado, lo que la motiva a seguir adelante en la investigación. Esta búsqueda de su identidad y de su enigmático compañero, le llevará a descubrir un mundo que nunca hubiera podido imaginar; su vida no era lo que parecía y no tardará en verse envuelta en una apasionante y misteriosa realidad.