Tras cincuenta y dos años de violencia, ETA, la última banda terrorista de Europa, anuncia el cese de su actividad armada. Atrás quedan más de ochocientos muertos y miles de desplazados. Una tierra sin libertad, una sociedad secuestrada y tres mil hombres y mujeres interpuestos entre las víctimas y sus verdugos. Los escoltas privados, un colectivo que no permitió que les fuera arrebatada ni una sola de las vidas que les confiaron, sobreviven hoy a duras penas entre el desprecio y el olvido de aquellos a los que libraron de las garras de la muerte. Una Pistola y Veinticinco Balas es el relato alternativo a la versión oficial, la voz de los que arriesgaron su vida, de los que inclinaron la balanza. La narración de sus vivencias, sus renuncias y sus miedos, de lo que hicieron para que todos ganáramos la paz. Es la epopeya de los últimos héroes caídos, el relato de la vergüenza, el homenaje que nunca tendrán.