La figura de Marianet, olvidada y hasta vilipendiada, constituye un ejemplo de superación: primero, por conseguir superar un pasado traumático; en segundo lugar, por crecer culturalmente y autoformarse en la ideología anarquista. Por último, por saber aprovechar las oportunidades que se le fueron presentando hasta alcanzar la Secretaría General del Comité Nacional de la CNT en plena Guerra Civil Española.
Su empeño por anteponer la victoria sobre el fascismo a través de la «unidad de acción» de sindicatos y partidos le hizo renunciar a parte de sus ideales libertarios y le indujo a cometer frecuentes controversias, causadas por las diversas concesiones que hubo de realizar para alcanzar dicha unidad, motivo por el que por muchos de sus camaradas le acusaron de traidor.