«Cuando aquella tarde abandonaba Cieza con gran añoranza rumbo a mi nuevo destino, se cumplía exactamente una década desde que llegué al pueblo, allá por el año 1962. En aquel pueblo, conocí, me enamoré y me casé con la mujer que lo ha sido, y lo es, todo en mi vida; en aquel pueblo, pude dar rienda suelta a mis aficiones de escritor, presentador y locutor, llegando al cenit de mis aficiones en unos frenéticos años que me llenaron de sentimientos y de satisfacciones; en aquel pueblo, me rodeé de unos amigos con los que compartí muchas horas de trabajos en aquel rudimentario y naciente grupo de prensa y radio, con aquella vieja y destartalada multicopista, sacando revistas semanales, organizando concursos cara al público, y retransmitiendo procesiones con olor a cera y a incienso; en aquel pueblo, disfruté con mis primeros guateques, sesiones de cine, festivales benéficos y merendolas vigiladas. Porque ahí, en esa Perla del Segura, puro corazón de esparto, preñada de gente sencilla, pasé esa década de ensueño de mi vida, que aquí os relato y que estoy seguro de que os emocionará desde la primera a la última página»