¿Le sirvió de catarsis escribir este libro y desnudar su alma?
Sí. Efectivamente, me ha servido de terapia al volcar toda la ira, la rabia, la frustración y el dolor por escrito. Ha sido como extraer el pus de una herida. Además, me ha servido para comprenderme y comprender mejor a los otros, ser más comprensiva hacia el dolor de los demás.
¿Por qué tituló a su obra El muro de cristal?
Porque simboliza la barrera existente entre el mundo de las personas con enfermedades mentales y el mundo de las personas llamémoslas “sanas”. Es una barrera que no deja que un grupo se mezcle con otro, lo que crea un muro de incomprensión.
Pero, por otra parte, es un muro de cristal, no de hormigón o roca, es decir, si alguien quisiera podría romperlo fácilmente y se construiría una sociedad más justa y comprensiva.
¿Cómo ve el estado actual de las instituciones psiquiátricas?
Desfasado. Existen muy buenos profesionales en España, pero faltan medios. Actualmente, la salud mental en España es deficitaria e ineficaz. No hay voluntad política de invertir en ella porque se trata de un tema que no interesa, que es mejor esconder. Lo que yo trato con mi libro es dar visibilidad a este tema y que se hable con normalidad de las enfermedades mentales. Los pacientes no tienen por qué avergonzarse de ello, deberían hablar libremente de sus dolencias porque son enfermedades como otras cualquiera pero que cuentan con un gran estigma social que yo trato de eliminar.
En alguno de los hospitales psiquiátricos en que he estado ingresada no había psicólogos, solo psiquiatras que te sobremedican. Muchos de los trastornos podrían curarse con la psicoterapia adecuada en lugar de administrar tantos psicofármacos con todos los efectos secundarios que conllevan.
Por último, y como ejemplo, yo acudí a la Seguridad Social solicitando un psicólogo y me dijeron que había una lista de espera de seis meses. Después te ve un psicólogo cada dos meses. Eso es absolutamente inaceptable en un país del primer mundo.
En España tienes que recurrir a psicólogos y psiquiatras privados, por lo que aquellas personas que no pueden permitirse costearlos se quedan sin recibir ayuda. Es un sistema totalmente injusto e inhumano.
¿Cree que a día de hoy sigue habiendo mucha incomprensión hacia las personas con enfermedades mentales?
Sí. Totalmente. Creo que es por una mezcla de miedo e ignorancia derivada del hecho de que es un tema del que no se habla, no se trata con normalidad, se evita y se esconde. Los enfermos mentales son señalados y repudiados por la sociedad, por lo que evitan hablar de sus enfermedades.
Yo creo que hay que normalizar esta situación y hablar libremente del tema. Es lo que pretendo con mi libro, hablando de temas tabú como las autolesiones o el suicidio.
Las enfermedades mentales están muy extendidas en nuestra sociedad, y ahora después del confinamiento más todavía. Es muy común que las personas sufran ansiedad y depresión. La depresión es la segunda causa de baja laboral en España, por lo que es un tema que afecta a una gran parte de la población.
¿Cómo recomendarías El muro de cristal a sus potenciales lectores?
Como un libro en el que he volcado mis experiencias, las más duras, pero también lo que me ayudó a salir del pozo negro donde me hallaba. Creo que muchas personas con enfermedades mentales se van a sentir identificadas y mi intención es que mi experiencia les sirva de ayuda.
También sería interesante que lo leyeran personas “sanas” para que conozcan el submundo de las enfermedades mentales y sean así más empáticos y comprensivos.
Por último, creo que resultaría de mucho interés que mi libro fuera leído por profesionales de la salud mental, ya que al estar escrito desde la perspectiva del paciente, les ayudaría a dar un mejor tratamiento a este, conocería sus miedos, necesidades y anhelos.
¿En qué género clasificarías El muro de cristal?
Lo clasificaría como narrativa de autoayuda, ya que su objetivo primordial, al margen de dar a conocer a la sociedad el mundo de las enfermedades mentales, es ayudar a aquellas personas que estén pasando o hayan pasado por circunstancias similares a las mías y a sus familiares. Mostrarles que existe una salida, una esperanza y que la vida merece la pena ser vivida. Yo les diría que buscaran una pasión, una ilusión que les haga levantarse cada día de la cama. En mi caso, ha sido la literatura la que me ha salvado, además del gran apoyo continuo de toda mi familia.
¿Te atreverías con otro género literario?
He realizado un máster de Escritura Creativa y actualmente curso otro de Estudios Literarios, ambos en la universidad Complutense y acabo de terminar un curso de verano de la Complutense sobre literatura.
Además, llevo varios años asistiendo a talleres de Escritura Creativa y de Perfeccionamiento del estilo literario.
Esto me ha permitido tener una amplia visión de todos los géneros literarios.
He de decir, que soy muy aficionada a la novela negra, por lo que tal vez la temática de mi próxima novela se encauce por ese camino.
¿Algún proyecto en ciernes?
Ahora mismo estoy centrada en la promoción de “El muro de cristal” y en terminar el máster en Estudios Literarios, pero más adelante sí que tengo previsto escribir otra novela. Entre tanto escribo relatos y poemas que me publican en revistas literarias argentinas. Actualmente estoy realizando muchas entrevistas y ponencias en conferencias sobre todo en América Latina, y especialmente en Méjico, Argentina, Colombia, Ecuador y Perú, donde el libro está teniendo gran difusión y aceptación.
¿Cuáles son tus principales influencias literarias, filosóficas y artísticas?
Me gustan mucho los escritores hispanoamericanos, como Gabriel García Márquez o Mario Vargas Llosa. También me encantan los cuentos de Julio Cortázar o Jorge Luis Borges.
Mi mayor influencia española ha sido Eduardo Mendoza, por su estilo ágil, dinámico, elegante y sobre todo por su ingenio y sentido del humor. De hecho, uno de mis personajes se llama igual que un psiquiatra de varias de sus novelas en homenaje a él.
En cuanto a influencias filosóficas, destacaría a Platón, Aristóteles, y en general filósofos de la antigua Grecia, que creo no han perdido sentido con el paso del tiempo y a los que releo de vez en cuando.
Mis influencias artísticas vienen principalmente del cine, del que soy una apasionada, especialmente del cine de las décadas de los 30, 40 y 50.
Estoy trabajando en un posible guión para hacer un largometraje sobre El muro de cristal, ya que creo que es fácilmente adaptable a guión cinematográfico.
¿Ha recibido ya algún feedback de los primeros lectores?
Sí. He recibido muchos mensajes a través de Facebook, felicitándome por mi valentía y dándome la enhorabuena por haber sacado a la luz un tema tan escondido y darlo a conocer. Con algunas de estas personas he llegado a hacer amistad, ya que me han dicho que mi libro les ha ayudado mucho a comprenderse y ver que no son los únicos que sufren este tipo de cosas. Se han sentido apoyadas. A mí, todos estos mensajes me reconfortan mucho y me animan a seguir adelante, ya que mi principal objetivo es que mi experiencia sirva de ayuda a otras personas que están sufriendo.
Por otra parte, en el blog del libro, he puesto mi mail por si alguien necesita ayuda y quiere escribirme.
El blog es elmurodecristal112243158.wordpress.com
En él, hay una sinopsis del libro, una pequeña autobiografía mía, las entrevistas que he hecho y enlaces y comentarios que voy escribiendo.
¿Quién es?
Marta Oliver Santolaya. Zaragoza (1974).
Voraz devoradora de libros, desde siempre le gustó escribir.
Aunque su mente sea de ciencias (Ingeniero Técnico Forestal y Licenciada en Ciencias Ambientales), su corazón siempre perteneció a las letras y, más concretamente, a la literatura.
Posee un máster en Escritura Creativa en la Universidad Complutense de Madrid y, actualmente, cursa otro máster en Estudios Literarios.
Además, lleva varios años participando en talleres de Escritura Creativa y de Perfeccionamiento del Estilo Literario.
Cuando le sucedieron hechos traumáticos en su vida, surgió la imperiosa necesidad de escribirlos. En un primer momento, para ella misma, a modo de terapia para poner por escrito todo el dolor, la rabia y la frustración, y dejarlos ir. Más tarde, pensó que con su experiencia podía ayudar a otras personas que estuvieran o hubieran pasado por circunstancias parecidas, y de ahí surgió la idea de publicar este primer libro.
Esperemos que le sigan muchos más, porque esta escritora tiene mucho que decir.